By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 20 de diciembre de 2014

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 42


Las técnicas de explotación (continuación)

La experiencia les enseña que en las minas de plata las mineralizaciones son mas ricas en las zonas mas cercanas a la superficie y se van empobreciendo a medida que se profundiza a partir de ciertos limites, una constante —la del enriquecimiento secundario— conocida por todos los buenos expertos en minería. Escribía la Princesa Gobernadora a Mendoza en 1556:
“las minas que fuiste visitando de camino, aunque decis que no han salido de prouecho, ved si vera bien hacerlas ahondar para si se pudiere descubrir algún metal, pues como sabéis, lo de la superficie comúnmente no sale tal como lo que se halla mas bajo”. 25
Igualmente son conscientes de la irregularidad que es inherente a muchas reservas minerales: en 1570, un minero Frances que trabajaba en Guadalcanal, de nombre Pedro Catalán, escribía:
“este testigo ha visto la dicha mineta y el metal que descubrió en ella y le paresce que tiene señales de afijarse la caxa y vena, y que mientras mas adelante fuere, mayor riqueza le paresce que tendrá con la ayuda de Dios, por la experiencia que este testigo tiene de la vena que va adelante aria el mediodía e que mientras se lleva la vena en la mano, se debe tener la dicha esperanza, e que aunque algunas vezes falte el metal, no por eso se debe dexar la labor sino proseguirse y gastarse en ella lo necesario, y que en el ducado de Lorena, con solo hallar un hilo de la vena prosiguen en ahondar, aunque sea 200 y 300 estados de largo y de hondo, como la vena los guía, e que por esto le parece que se debe seguir o trabajar en esta mina, y aun fuera bien haber minado una legua mas adelante por las minetas en tiempo que la mina daba caudal con que poderlo hazer, y que ello lo hubiera muy bien pagado; en ansi cree y tiene por rierto que lo dará agora, conforme a la experiencia que tiene, aunque este testigo ni nadie lo puede afirmar, porque son secretos de Dios e no pueden saber de cierto lo que esta debaxo de la tierra sino por experiencia que tienen” 26.
Pero, creencias mas o menos arraigadas, experiencia propia o transmitida mayor o menor, el mundo subterráneo, el interior de la tierra continuaba siendo para ellos una gran incógnita, el dominio de demonios y fuerzas maléficas incógnitas que les predisponían al temor. Los mineros tienen conciencia de la enorme limitación de sus conocimientos y hacen referencia a ella continuamente; los oficiales de Guadalcanal escribían a la Corte en 1567, tras haberse encontrado una bolsa de mineral de elevada riqueza:
“todos tenemos esperanza que a de ser algo y podría ser tanbien muy poco, porque lo que esta dentro de la tierra solo dios lo saue y los metales tan presto como parescen suelen a la ueges desaparecer27.
El problema con que topan los técnicos es la carencia de unos conocimientos generalizables respecto a mineralizaciones. Existían unas vagas creencias metanogénicas que hablaban de la influencia de los planetas en la formación de los minerales, como tendremos ocasión de ver mas detenidamente en el capitulo siguiente y por otro lado, en absoluta desconexi6n con ellas, la experiencia personal de cada minero. Sin embargo no se había producido, excepción hecha del caso de Agrícola, todavía poco conocido —su obra, recordemos—, un intento de generalización y sistematizaci6n de las experiencias. El minero que había trabajado antes en Freiberg intentaba trasladar su experiencia de Freiberg a Guadalcanal, donde los orígenes y condiciones de la mineralización eran radicalmente diferentes. Solo mas tarde, las publicaciones y la aparición de las primeras escuelas de enseñanza de minería iran sistematizando los conocimientos.
Un problema importante al que la técnica ha de hacer frente es el mantenimiento de unas mínimas condiciones de seguridad en las excavaciones frente a hipotéticos derrumbamientos. Para ello existían unas reglas, recogidas por las ordenanzas, que obligaban a guardar una distancia de seguridad entre un pozo y el contiguo
“porque para la seguridad y labor dellos no es necesario que vayan juntos, antes pudiendose hacer dando lugar a ello el aliento, quanto mas desviados es mejor, a lo menos 15 6 20 estados uno de otro”,
cuidando además de que
“la tierra que se saque de los dichos pocos (...) no se eche junto a la boca dellos, sino arredrada para que no cargue sobre lo hueco de los pocos y se hundan" 28.

24 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° fol. 12. Un informe de Zarate, emitido en 1570, se expresaba en términos semejantes:
“La mejor señal que puede haber para la riqueza de una mina es que hay metal suelto fuera de la caja, porque desta abundancia rebosa lo que no puede caber en ella”;
cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 115, fol. 5. En 1556 informaba el mismo Zarate: “donde se acaba la mineta e el testero della, hallaron unas vernias, que son como metales quemados, y en ellos hay muchos cóncavos por donde cabe un bravo entero, que son las mesmas señales que dio el pozo rico de martín delgado a los principios (...), demás de la riqueza que esperamos deste mesmo poco, hase tenido por muy buen suceso hallar la caxa del metal tan formada y que corresponde en muestra y sitio a la de abaxo”;
cfr. A.G.S. Estado, Leg.° 114, fols. 162 a 164 y Diverso de Castilla, Leg.° 8, fol. 40. David Lucas, experto alemán, expresaba desde la mina de Pedro Candil en Cazalla su creencia en que la dureza de la pena en que la vena metalífera asienta la hace adelgazar y produce como resultado el que sea pobre. Pero allí donde “la peña hace blandura, se hallan bolsas de metal rico”, cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 66, fol. 30. Cfr. también GONZALEZ, T.: Noticia histórica..., vol. II, pp. 458-459. La ordenanza dada a Mendoza en 1557 indicaba
“y porque el principal prouecho de las minas es buscar y sacar el metal dellas, habeis de haver mirar las señales de las cajas que van en la superficie de la tierra cerca de las minas ricas, y hacer abrir cuantidad de pocos en ellas, ahondandolas hasta el nivel donde en los otros comarcanos se hallo el metal rico y mas si paresgiere, hasta topar con ello y meter la gente que fuere nescesaria en todas para que saque metal en abundancia”;
cfr. A.G.S. Hacienda, Minas, Leg .° 1, fol. 9.
25 Cfr. A.G.S. Estado, Leg.° 113, fols. 36 y 37, carta de Mendoza al Rey:
“Cuando los pocos van hondos no suele ser el metal de tanta ley”.
A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., carta de 26 de junio de 1556. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 28, fol. 5; Leg.° 36, fol. 148. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 851, s.f. ensayes que se hicieron en la mina de “La Casilla”, 31 de octubre de 1558, informe que proporciona David Lucas. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 46, fol. 189:
“aunque de las tales minas saliesen al principio alguna cantidad de metal, suele benirse a perder la bena y para tornarlo a buscar es menester gastar mucha hazienda y tiempo”
y A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 851, s.f., carta de los contadores a Lope Díaz de Mercado de 8 de abril de 1564.
Respecto del conocimiento del enriquecimiento secundario, parece que a esta conclusión llegan los mineros por pura experiencia, ya que su creencia anterior era la contraria; Mendoza escribía en 1558 al Rey Felipe:
“la regla de los mineros es tener por cierto que ahondandose un poco donde se halla metal en el alto, ha tie responder en to bajo, y es muy incierta esta ciencia y las m~s vezes falta, y ansi yo no hago quenta dello”;
A.G.S. Estado, Leg.° 129, fol. 87.
26 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 103, fol. 12.
27 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 82, fol. 61. Igualmente, desde Aracena escribía en 1565 su administrador:
“esta bolsa que digo que halle de metal se me acab6 luego y boy siguiendo la vena con diligencia, plega a dios que sea todo con que V.M. sea servido, que como me han burlado tantas vezes estas minas de Arazena y no afixan nada abaxo no hago mucho caudal dello”;
cfr, A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 66, fol. 32. Apreciaciones semejantes en A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 52, fols. 86 y 90; Leg.° 66, fol. 23; Leg.° 67, fol. 53 y GONZALEZ, T.: Noticia histórica... , vol. II, pp. 458-459.
28 A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1, fol. 9, instrucciones a D. Francisco de Mendoza y A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 851, s.f., relación de lo que había hecho en la mina de La Casilla Lope Díaz de Mercado.

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
  

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