By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 17 de enero de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 46

Las técnicas de explotación (continuación)

A esas alturas, el desagüe por medio del ingenio había dejado de ser rentable y se imponía la búsqueda de nuevas soluciones: la posibilidad de abrir nuevos socavones chocaba con el límite inferior impuesto a estos, el fondo del valle contiguo, más abajo del cual esta solución no era posible. Se intenta también la renovación de la maquinaria; se hacen ensayos para sustituir la madera de álamo o de encina de que estaban construidos por material menos fungible y entonces novedoso en la construcción de este tipo máquinas; incluso se llama a Guadalcanal al mas famoso ingeniero de su tiempo, Juanelo Turriano, para que aplique allí sus conocimientos a la construcción de nuevos de desagüe o se recibe la oferta de Christopher Tassis que, desde Viena, ofrece una maquina de su invención que es capaz de desaguar satisfactoriamente a grandes profundadas con muy bajos costos. El problema con que se tropieza no es técnico, sino de inversión. A partir de mediados de la década de los 70, la rentabilidad de la mina ha descendido y la situación de la Hacienda Real no la predispone a las inversiones a largo plazo por lo que el problema de la inundación ira progresivamente agravándose.
La insatisfactoria, o al menos parcial, solución al desagüe en Guadalcanal, obliga a organizar la explotación de forma diferente en invierno —época de máxima inundación y verano época de minima—. Durante esta última estación se trabaja en las zonas mas profundas y se deja el mineral de las partes altas sin extraer, de forma que no se obligue a la mano de obra a permanecer inactiva durante una buena parte del año 52.
El trabajo de derribo en el interior y extracción al exterior del mineral, estaba regulado según una estricta división del trabajo, una innovación igualmente aportada por los técnicos alemanes. En los pozos de los que se extraía mineral —nunca llegaban a estar  activos todos los pozos abiertos; en época de máxima actividad se solía trabajar en tres o cuatro, mientras que en el resto se efectuaban obras muertas— los trabajadores se organizaban en cuadrillas de cinco hombres en turnos de ocho horas; dos de ellos cavaban el interior del pozo, dos manejaban el torno que extraía el material derribado y el quinto se cuidaba de vaciar en el punto superior a donde ascendía la maroma del torno la saca de cuero cargada de mineral con una capacidad para tres arrobas. Los tornos eran sencillos e idénticos a los que se empleaban para el desagüe, de forma que su  ambivalencia hacia que en ocasiones de necesidad o en aquellos momentos en que en un pozo no se extraía mineral, se emplearan para achicar el agua. En circunstancias en que el derribo de mineral era laborioso por la dureza del material, la extracción se efectuaba  solamente los sábados y el total de los componentes de la cuadrilla se convertía durante el resto de la semana en picadores, mientras que cuando se juzgaba preciso, se sacaba el mineral día y noche, si bien la capacidad extractiva máxima, a diferencia del desagüe difícilmente se agotaba.
Al igual que en el caso de desagüe, la extracción vertical del material derribado planteaba el problema del empleo de una gran cantidad de mano de obra, lo que lleva a la administración a buscar de forma continua medios para reducirla en lo posible. En 1560 se contrata a Francisco de Ocampo, vecino de Úbeda, para que instale un instrumento de su invención que reduciria en proporcion de dos a uno el número de personas que debían accionar cada torno; después de dos años, Ocampo da fin a su invención, de la que infortunadamente no hemos hallado datos que indiquen en que consistía.
Una vez elevado el mineral hasta la galería más próxima con salida directa con salida directa al exterior, aquel se cargaba en unos carretones de madera arrastrados por caballerías o por trabajadores. Los carretones son una innovación introducida en 1556 para sustituir a las bestias utilizadas hasta entonces y que habían sido el método habitual de transporte interior de las minas españolas. No aparecen sin embargo noticias de que se conociera en España el  uso de vagonetas guiadas sobre un carril, ya utilizadas en Centroeuropa y descritas por  Agrícola. Evidentemente, en las galerías secundarias de dimensiones reducidas el transporte interior solo podía efectuarse a hombros de los propios trabajadores 53.
Ya en la superficie, el material extraído se sometía a una primera clasificación en dos partes:
La ganga, entonces llamada “gaborro”,
“que es la peña que va arrimada al metal, la qual, en sacándose, se echa en los torronteros —escombreras— junto a los pozos".
“la otra, es la tierra que sale entre el metal y el gaborro, que llaman lavadura”..
La mena,
“la beta del metal que se llama cochizo, que es lo mas rico”.
“La qual dicha lauadura y cochizo, en sacándolo de los pozos se pone en dos montones, cada cosa por sí aparte, y en cada pozo esta puesta una guarda para que lo guarde, aunque esta dizen que se podrá escusar en los pozos que labran los alemanes porque son muy fieles. (...) Desde los dichos montones se lleua la dicha lauadura y cochzco por dos onbres, una espuerta de cada cosa, acompañándolos una guarda a una casa que esta hecha para guardarlo, en la qual ay un apartamiento donde se pone y sierra con llaue” 54.
El ritmo de extracción de mineral era muy variable, ya que dependía, como antes hemos apuntado, de varios factores, centrados fundamentalmente en dos tipos, unos relacionados  con el propio yacimiento: dureza de la roca en la que se trabaja, mutabilidad de mineral, capacidad de desagüe, etc., y otros vinculados a los ritmos productivos tonal laboral, numero de días festivos, estacionalidad de los trabajos, interés o no de los destajistas por sobrepasar los mínimos de subsistencia, etc., y a pesar de que lo escaso y fragmentario de los datos permite pocas conclusiones, logró llegarse a una extracción  de hasta 400 arrobas de mineral rico diario —4.410 Kg. —, es decir, después de haber apartado de él la ganga y la denominada “lavadura” o a 2.400 arrobas por semana 5 Kg.—. Si bien estas cantidades son máximos, ilustran muy bien sobre la capacidad de extracción y evacuación desde el interior, cuyo máximo absoluto debieron ser los 500 quintales —23.000 Kg.— extraídos en un solo día del año 1557, evidentemente derribados en un plazo más largo, seguramente la semana —cinco dais— anterior 55. Igualmente, son  muy llamativas las 20.302 arrobas —casi 224 toneladas- que se sacan de un solo en un plazo de seis meses.
A la hora de referirnos a la capacidad de derribo y extracción al exterior, no puede olvidarse que las cantidades se refieren a mineral ya escogido en la superficie, al que habría que añadir la ganga, con lo que la capacidad de extracción hay que multiplicarla al menos por tres.

52 Sobre el problema del desagüe, cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 28. fol. 5; Leg.° 6; Leg.° 512, fol. 21; Leg.° 68, fols 123 y 129; Leg.° 94, fol. 121; Leg.° 96, fols. 38 y 41; Leg.° lg.° 120; Leg.° 155, fol. 3.
A.G.S. Diversos de Castilla, Leg.° 46, fol. 14. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 851, s.f., relación que están las minas de Guadalcanal del 31—XII-1568 y relación que enviaron Rodrigo Díaz de la nueva mina de Aracena, de 4 de Junio de 1556.
Gónzalez , T.: Noticia histórica..., Vol. II, pp. 12 y 404. Sobre la llamada de Juanelo Turriano, cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 121, fol. 9.
El técnico alemán Maestre Hanz había emigrado a las minas de Almadén, cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg:° 115, fol. 5.
Respecto al problema de filtraciones planteado en los terrenos blandos:
“agua que en aquel ualle era de temer es muy en la haz y en el valle y lo uno por la hondura o otro por el viage de la mineta se euita y remedia y el pozo que se ha de hazer en la ualle el que hizo D. Francisco lo estorbo el agua ni lo estorbara a este otro, porque, aunque es en lo más hondo del valle, es en peña dura y cuanto mayor dureza, menos agua y si esta al presente lleno, es de las lluvias antes que de manantiales que el tenga”;
Crf A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 121, fol. 9.
En 1569 s habían empleado 23 encinas para construir un ingenio de desagüe; A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 96, fol. 38. Innovaciones en el sistema de desagüe: Baltasar Jiménez, vecino de Toledo, se obliga en 1561 a construir un ingenio de hierro para el desagüe por el que se le pagan 11.390 mrs. y en cuya construcción invierte dos meses; cfr. GONZALEZ, T.: Noticia histórica..., Vol. II, p. 82. En 1573, Juan Bautista Porrtejuane  envía memoriales al Consejo Real y al de Hacienda proponiéndoles la introducción de un nuevo ingenio para desaguar que él ha inventado, pidiendo que por diez años él solo y no otro pueda beneficiarse de su rentabilidad; cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 122, fol. 7
Antes de construirse el  ingenio de maestre Hanz, se habia construido uno de mucha menor capacidad de desagüe, según técnica antigua, por un tal Fray Gabriel ermitaño; cfr. A.G.S. Estado, Leg. ° 113, Fol. 36 y 37.
Cfr. también A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 103, fols. 12: en las labores de construcción de una lumbrera para dar respiro a las nuevas labores de extracción, se da noticia de que
“se descubrió un caño de agua, que es de gordo de un dedo, y, al parecer, es la mina  que solía  haber en el Pozo Rico que esta encima de esta mineta, porque, como han ido cavando, ha acudido a lo bajo. Y ansi paresce que en lo alto se ha sacado, pero que esto no estorba para la labor del metal, porque la dicha agua se ha dado horden como caiga por su pie en su propio pozo  que llaman del Catalán, de donde se va subiendo arriba por sus tiros hasta echarla en la mineta  del agua, y se saca con todo lo demás”.
Cfr. otros problemas relacionados con la inundaci6n de los pozos en A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fols. 43 y 56; Leg.° 50, fol. 34; Leg.° 103, fol. 12. A.G.S. Contadurías Leg.° 851, s.f. relación del estado de la mina el 31-XII-1568; Leg.° 3.072, s.f. carta de la Princesa Gobernadora a F. de Mendoza de 29 de julio de 1556. La oferta de C. Tassis, en A.G.S. Estado, leg. 650 fol. 71.
53 Cfr. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 1, fol. 10; Leg.° 14, fol. 5; “Asiento con Francisco de Ocampo”. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 103, i 104, fol. 9.
54 fr. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., “La orden que se tiene en beneficiar las Guadalcanal después que fue a poner a buen recaudo en ellas el contador Agustín de Zárate”
El tipo de laboreo en las minas del siglo XVI es muy diferente del que se produce tras el descubrimiento de la dinamita. Entonces, se seleccionaba el mineral en el propio interior de la mina, con lo que, lo que se extraía  era mineral prácticamente puro, sin apenas ganga. La dinamita será la que haga derribar grandes masas sin escoger. Por ello, las leyes y porcentajes no son comparables entre minas de entonces y la actualidad. De todas maneras, esa  selectividad interna será la que permita beneficiar yacimientos muchos más pequeños y marginales, que solo volverán a ser rentables con la técnica de concentración del siglo XX y cuando  los precios sean muy altos.
55 Sobre extracción, cfr. A.G.S. Estado, Leg.° 124, fols. 51 y 55; Leg.° 137, fols. 247 y 248; Leg.° 138, 1 12. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f., carta a los oficiales de Guadalcanal de 31 de 1563. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 46, fols. 189 y 195; Leg.° 52, fol. 88; Leg.° ~7; Leg.° 64, fols. 97 y 98; Leg.° 66, fols. 14 y ss., 22-27-46-49-86-187; Leg .° 67, fol. 53; Leg .° 68, Leg.° 75, fol. 11 Leg.° 101, fol. 10; Leg.° 103, fol. 12; Leg.° 46, fols. 86 y 187 ; Leg.° 45, fol. 268; fol. 90. A.G.S. Hacienda, Minas, Leg.° 8, fol. 1.


De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
ulio Sánchez Gómez
 

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