By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 24 de enero de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 47

Los procedimientos de obtención del metal 1

Una vez obtenido un mineral ya liberado de impurezas y clasificado por tamaños, este es apto para su tratamiento en los hornos a fin de obtener mediante diversos procedimientos de metal. Interesa entonces practicar un test sobre la calidad del mineral que se va a tratar para aplicarle el proceso más correcto y conocer un avance de la cantidad de metal que de él va a proceder; es el denominado “ensaye”, especie de fundición a pequeña escala, quizá la técnica metalúrgica más avanzada a la altura del siglo XVI. Agrícola proporciona una buena explicación del procedimiento:
“Mediante ellos (los ensayes), los mineros pueden determinar con certeza si los minerales contienen o no metal en ellos; o si el mineral contiene uno o más metales, las pruebas pondrán de manifiesto si es mucho o poco; los mineros también averiguan mediante tales pruebas el método por el cual se puede separar de aquella parte de mineral que está desprovisto de él; y demás, mediante tales pruebas determinan la parte en que hay mucho metal, separándolo de aquella otra en que el metal es poco. Por ello, es conveniente primero proba los minerales mediante ensaye para que el material de la mina pueda ventajosamente fundirse, o para que las escorias o impurezas puedan eliminarse y obtener el metal puro (...). El método de probar mineral utilizado por la gente dedicada la explotación de minas, difiere de fundir solamente en usar una pequeña cantidad de material, tanto más que fundiendo una pequeña cantidad tiene conocimiento de si la fusión de una gran cantidad de metales compensaría del gasto que originaria; de ahí que si no hacen hincapié en emplear los ensayes, pueden fundir algunas veces el metal del mineral con una pérdida o, algunas veces, sin beneficio, porque pueden probar el mineral con muy poco gasto y fundirlo solamente con un gasto elevado. Ambos procesos, no obstante, se llevan a cabo de la misma forma, porque en la forma en que ensayamos mineral en un horno pequeño, así lo fundimos en un horno grande” 68.
Los hornos de ensaye son pequeños, como corresponde a la pequeña cantidad de mineral que se precisa para la operación —Agrícola proporciona como medidas normalizadas 1 codo de alto, 1 pie de ancho y 1 pie y 2 dedos de largo— y se construyen con un material lo mas refractario posible, generalmente arcilla, aunque también, menos corrientemente, se emplea hierro, con el fin de aprovechar al máximo las posibilidades del calor en su interior se coloca el crisol, hecho de arcillas o escorias de fundición, que evita el nocivo contacto directo del mineral con el carbón vegetal que se emplea en el proceso, y en él se inserta la carga con el fundente más adecuado, previo molido en un almirez de hierro. El fundente será el que luego se añada en las operaciones de fusión. Nuevamente es Agrícola el que ofrece la mejor descripción de las operaciones de ensaye:
“en el horno de ensaye, cuando se ha preparado, se coloca primeramente un, mufla de arcilla 69. Sobre ella se ponen trozos de carbón vegetal encendidos para a continuación se colocan los crisoles en la mufla utilizando las tenazas y se poner carbones incandescentes por debajo de la parte delantera de la mufla para calentar los crisoles más rápidamente. Cuando los crisoles brillan al fuego, se pone una bola pequeña de plomo con las tenazas y cuando este plomo ha comenzado a convertirse en vahos y a consumirse, se añade a ello el mineral preparado. A calor, el plomo absorbe el metal que está mezclado con el mineral. Cuando la mezcla ha tenido lugar, la escoria se adhiere parcialmente por su circunferencia al crisol y forma una especie de anillo negro y parcialmente flota en el plomo en el que están mezclados ya el oro o la plata, debe extraerse entonces la escoria, (...). El plomo utilizado debe estar completamente libre de todo indicio de plata; pero si no pudiera obtenerse esta clase, el plomo se ensayara antes por separado para determinar con seguridad la proporción de plata que contiene, de forma que pueda deducirse del cálculo del mineral y el resultado ser exacto”.
Una operación posterior de copelación, igualmente a escala reducida, dejara libre la plata. El proceso de ensaye debe repetirse más de una vez con el mismo mineral, a fin de evitar posibles errores 70.
Enseyes se efectúan también para vigilar las operaciones de fusión y separación de plata y plomo, no solo con fines exclusivamente metalúrgicos, sino para evitar que los operarios falsifiquen los resultados a fin de hurtar metal.
Junto al procedimiento anterior se emplean otros, de los que el más usual es la aplicación de la de toque 71, menos fiable en sus resultados, pero también de preparación menos laboriosa y, por tanto, más rápido, normalmente utilizado cuando no es necesaria una gran precisión de resultados.
El ensaye constituye constituye una de las operaciones más delicadas de la metalurgia, ya que marca una pequeña escala el tratamiento que habrá de practicarse después a escala grande. Se ha confiar por tanto, a personas muy expertas, que ocupan uno de los lugares de mayor preeminencia y mejor remunerados de la escala de los técnicos, por lo que en los primeros años se contrata, como para tantas operaciones, a alemanes. Al igual que en el caso de otros técnicos, su escasez conduce a la oferta de mejores salarios en otras empresas a hacer enormemente atractiva para ellos la emigración a Indias. Así, en 1572 los oficiales de Guadalcanal trataban de encontrar un ensayador en el reino para aquella mina ya que el puesto se hallaba vacante por haber emigrado a Indias el ensayador anterior; las negociaciones que aquellos entablaron con el ensayador de Almadén, David Lucas, que antes lo habían sido de Guadalcanal, habían fracasado. Ante la dificultad de hallar otro ensayador en el reino la administración se ve obligada a contratar a un platero sevillano para que desempeñe aquel oficio, lo que, si por una parte ilustra sobre la extrema escasez de esta clase de técnicos —como de tantos otros— en el reino, hace ver también que los secretos del ensaye eran también conocidos por los profesionales de la orfebrería y la joyería. No en balde la imposibilidad de encontrar técnicos en ensaye, las pruebas para averiguar la rentabilidad futura de una mina recién descubierta son comúnmente encargadas a plateros y joyeros vecinos de la ciudad más próxima 72.
Tras la operación de ensaye, se conoce ya la forma como ha de efectuarse el tratamiento a gran escala, la fusión. El por qué de esta operación, las transformaciones que como consecuencia del proceso afectan al mineral y lo imprescindible de aplicar tratamientos diferentes , en virtud de las diferentes clases de mineral, eran algo perfectamente conocido de los contemporáneos:

“aunque todos aquellos que queman, tuestan y calcinan el mineral le despojan de algo que está mezclado con los metales y aquellos que lo trituran con pisones le quitan también mucho, y aquellos que lo lavan, lo pasan con el tamiz y lo dosifican, todavía le quitan aun mucho mas; sin embargo, aun no pueden eliminar todo aquello que oculta a la vista el metal y lo hace crudo y deformado. Por consiguiente, la función es necesaria, ya que por este medio las tierras, los líquidos solidificados y las piedras se separan de los metales, de forma que obtengan su color apropiado y se hagan puros y puedan resultar de mayor beneficio y utilidad a la humanidad en muchas formas. Cuando el mineral se ha fundido, todo aquello que estaba mezclado con el metal de su fundición queda eliminado, mientras que el metal queda perfeccionado de esta manera. Puesto que los minerales metalíferos difieren considerablemente entre si, en primer lugar respecto a los metales que contienen, después respecto a la cantidad del metal que hay en ellos y por último, por el hecho de que algunos se funden rápidamente con el fuego y otros lo hacen lentamente, existen muchos métodos de fusión 73.
 Los hornos de fundición se construyen preferentemente de piedra, material que ofrece mayor resistencia que el ladrillo, en sillares rectangulares con unas dimensiones que en Guadalcanal estaban establecidas en una vara de lado por media de altura 74. La resistencia es obligada, no solo por la acción del fuego, sino por la precisión de raspar continuamente las paredes interiores para arrancar el metal que al queda incrustado en las operaciones de fusión. Los hornos denominados castellanos, los utilizados en América en los primeros tiempos tenían una altura de “un poco más de un estado de alto”-+ dos metros de altura suficiente dado el punto de fusión del mineral que tratan, son circulares y están dotados de una boca cuadrada y dos orificios en la parte contraria para la entrada de los caños de los fuelles, mientras que los descritos por Agrícola “de tradición germana” son ligeramente más bajos y de forma rectangular, con unas dimensiones en el exterior de no más de 1,5 metros por algo menos de un metro. Ambos modelos fueron empleados en Guadalcanal 75. Para conseguir un menor escape de calor a la hora de comenzar una fundición se recubren las paredes interiores y el fondo con la llamada “carbonilla” una mezcla
“que se haze de cierta cantidad de barro requemado y envuelto en cierta cantidad de brezo que para ello hay, y molido todo junto (...) en uno como alfange de moler aceituna y para molerlo sirve una acémila” 76.

68 AGRÍCOLA, G..: De Re Metallica pp.229 ss.
69 Hornillo semicilíndrico o de forma de copa se coloca dentro de un horno para concentrar el calor en un punto determinado.
70 AGRÍCOLA, G..: De Re Metallica, pp. 240 y ss.
71 Se entiende por piedra de toque una rota silícea, generalmente de color negro, que se emplea para valorar la riqueza en oro o plata de una aleación por el color que este deja al frotarla contra un trozo de ella: crf. MOLINER M.: Diccionario de use del español. Agrícola la denominada también “basanita” y asegura que fue utilizada ya por los antiguos; cfr. AGRICOLA, G.: Op. cit., p. 263.
72 Sobre ensayes y ensayador en Guadalcanal, cfr. A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 851, s.f., relación de los ensayes de terreros, lamas, escorias, cochizos y desechos de Guadalcanal, 9 de octubre de 1576. GONZÁLEZ, T.: Noticia histórica... minas de Guadalcanal, vol. II, p. 389. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 14, fol. 5. A.G.S. Conse.jo y Juntas de Hacienda, Leg.° 67, fol. 53: a pesar del perfeccionamiento alanzado por la técnica del ensaye, estos a veces fallaban; esto sucede por ejemplo en 1565 en Cazalla, desde donde se informa que, tras un ensaye, su resultado había sido:
“cosa muy diferente de lo que se pensó rrespeto de algunos ensaies que antes se avian hecho, aunque estos entiendo devian ser de algunos cochizos muy rricos".
Crf también A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 28, fols. 3-4-5
73 Agrícola, G.: Op. cit. pp. 367 y ss.
74 En 1562 se obligó Domingo de Azcuna, vecino de Llerena, a labrar las piedras de la “pedrera”-cantera— de Guadalcanal y se le exige que tenga esas dimensiones; cfr. GONZALEZ, T.: Noticia hist6ria®ws, de Guadalcanal, vol. II, p. 84.
75 Cfr.AGS. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 126, fol. 5 y AGRÍCOLA, G.: Op. cit., pp. 368 y ss.
76 A.G.S. Diversos de Castilla, Leg.° 46, fol. 21. El informe del licenciado Murga relataba en 1557: 
“habia un yngenio con una rueda de moler carbonilla. Habia un rocín atado a la rueda y presto para mover la rueda, e otro comiendo junto a él en una pesebrera. Los rocinos eran de un sobrino del administrador y molían a ratos la carbonilla, quitando uno y poniendo otro y ganaban cada día medio ducado”AG.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 48.
El empleo de carbonilla es muy criticado por un experto que había trabajado en Nueva España: “Todos estos géneros de benefícios son diferentísimos del que en Guadalcanal se usa, porque allí se funde por la carbonilla, cosa aborrecida y no husada en la Nueva España, porque con ella no sale el metal bien fundido y requema y consume la plata la gran violencia del fuego que en ella anda”;
G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 126, fol. 5.
 

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
 

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