By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



sábado, 26 de noviembre de 2016

Vamos niños al Sagrario...

Qué cerca y qué lejos

Cerca, en mí, años de niño. En mí, cerca, el gorjeo del tordo, la vez primera, desde torre eclesial. Cerca, en mí, las estancias en la "miga", (amiga) con sillita baja y llanto a la primera, próxima a la esquina de "los Milagros". En mí, cerca, el juego, una, y mil veces, en pasillo largo, azulejos de dibujo diagonal blanco y negro. Cerca, en mí, ilusión ¡la mejor! de Magos de Oriente, materializada con tren de lata, en mañana de nieve. En mí, cerca, el cortejo al juego infantil, en le siesta, del esquilón del "acarreto". Cerca, en mí, paseos “a toca de tramos de acera de la manzana de Don León” en triciclo pequeño, de amigo generoso.
En mí, cerca, laboriosa composición de grupo de condiscípulos para fotografía de rigor, teniendo al Maestro en el centro. Cerca, en mí, pasado el almuerzo, aprender, una a una, letras del abecedario, detrás del movimiento semidormido del lápiz mentor del maestro. En mí, cerca, primer encuentro a la revuelta callejera, con disculpa de subida del pan, Cerca, en mí, la jerga musical, en la calle, de la trompeta y el tambor del cíngaro de turno, acompañado de oso. En mí, cerca, irrepetible catequesis mañanera "sansebatiana", luego que era la misa de diez, con la cantada invitación de catequistas: "Vamos niños al Sagrario...". Cerca, en mí, reparto, en la Iglesia de la Concepción, al celebrarse los Reyes, de ropas y juguetes a los asistentes a la catequesis, contando asistencias. En mí, cerca, el traslado de Jesús Niño, su encuentro en el Templo “la Concepción”, con sorteo de rosquetes.
Cerca, en mí, el roto de tiestos en zaguanes de dueños menos sufridos para reír sus enfados. En mí, cerca, el griterío de la chiquillería: "¡Banderitas en la torre...! ", con el que acudía de lejos a la de Santa María así adornada. Cerca, en mí, la espuerta y el "yisque" (guizque) de la monaguillería andante, pidiendo los "tosantos", juntando frutos con que mitigar vigilia nocturna en campanarios parroquiales. En mí, cerca, la ambiciosa navegación del barco de papel, confiada por mano infantil a pasajera riada “lluviosa” de la calle. Cerca, en mí, rasgos característicos de mentes captas, célebre la que corrige el sacerdote para que diga: ¡qué jollín!.
En mí, cerca, la alegría del pianillo de la calle, inseparable de los Carnavales. Cerca, en mí, la bullanga de máscaras y el derroche callejero de papelillos y serpentinas en días de Momo. En mí, cerca, la copla picante de "murga" y la canción dulzona de "estudiantina", oídas en calle festiva por carnestolendas.
Cerca, en mí, peculiar tañir de campanas en tiempo cuaresmal. En mí, cerca, melodías del "cristu" y del "stabat", en salidas y entradas procesionales, encausando, religiosamente, el ánimo en la Semana Mayor. Cerca, en mí, lucha, en mañana de niebla y sol, por vez ocultando y descubriendo, a distancia, al Señor con la Cruz. En mí, cerca, el atuendo morado, realzado con luz de mediodía, de las Santas Mujeres y del Discípulo Amado, junto a la, hoy solitaria, Crucifixión. Cerca, en mí, anhelado estreno de penitente de luz, con inesperada visión de la que, en la caída de la tarde, subiendo al Altozano Bazán, acaricia el dorso azotado de Jesús.En mí, cerca, cruces de Mayo, en hogares de piadosa costumbre.
Cerca, en mí, sencilla colcha de casa del "Berrocalchico" y de "la costanilla", extendida en la fachada, sobre la puerta de entrada repostero de grande agrado ”¡sin dudarlo!” a su Majestad Divina, en tarde de Corpus de Santa Ana y de Octava de San Sebastián.
En mí, cerca, rogativas por San Juan, de toque lastimero de campana y rezo armonioso de la clerecía.
Cerca, en mí, el culto carmelitano "santanero", novenario y procesional por calles de feligresía desaparecida.
En mí, cerca, las dianas vocingleras de días feriales, casi acabando verano.
Cerca, en mí, la alegre celebre patronal del gremio "sancrispinero", de jubilosos pasacalles luego culto al Santo.
En mí, cerca, en fin, la letanía cantada con voces niñas desde coro de la Concepción, en novena a la Inmaculada.
Mas...
Lejos, para mí, en la pubertad la juventud, en la madurez, permanencia ansiada en lo que cerca, en mí.
Para mí, lejos, andar y andar mediar ausencias pertinaces, mismos senderos de mis cercanías.
Así que..., qué lejos y qué cerca.

Pedro Porras Ibáñez
Revista de Feria 1985 

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