By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



lunes, 22 de marzo de 2010

COLABORACIONES







MIRANDO HACIA DELANTE

Si cortar una rosa para amarla es matarla, yo estoy muerta.

Sientiendo el amor aun dentro
Veía pasar a María,
de camino a la vida que él
le daba día a día.
Su ropa llena de rosas
y en su alma las espinas,
en su cara el color
escondido en las esquinas.
Sintiendo el amor aun dentro,
y en verdad es solo instrumento,
es la justificación para el perdón.
La dueña de su reino,
esclava de su propio infierno,
sin llegar a comprender que es mentira,
que no la quiere el que maltrata y castiga.
El miedo se acostará en su cama,
otra vez volverá a despertar el perdón
vestido del que dirán,
y así, día a día se irá muriendo la dama,
y quedarán las huellas que nunca se irán.
Un día llegarán las alas,
quizás las alas de la huida,
o en el peor de los casos, las rosas,
rosas sangrando de vida.

Si vivo o si muero…
Para tener razón,
¿tengo que estar muerta?
sin sangre no existe
el problema de la violencia.
Para tener razón,
es necesaria la evidencia
y la prueba de ser victima,
aunque mara mí
ya es igual la defensa.
Si vivo o si muero…
nadie creerá lo que digo,
solo soy una estadística,
una más de la violencia.
Para tener razón,
la sin razón es morir,
por eso muero en silencio.
Mi desgracia,
una guerra ya perdida…
de antemano:
la victima siempre yo,
y la muerte mi victoria
y el maltratador ha vencido.
Si vivo o si muero…
nadie creerá,
pero aun sigo viva
a pesar de su violencia.

Rosa Villanueva López.-

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