By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



martes, 16 de marzo de 2010

GUADALCANAL, 1970


Al habla con El Alcalde


Nos recibe el señor Gómez-Álvarez en su domicilio particular; esperamos a que termine un trabajo de su profesión y subimos a su despacho. Salita acogedora; en la mesa, una máquina de escribir que nos brinda para recoger sus respuestas, algunos libros, la prensa del día, un paquete de tabaco recién abierto y un amplio cenicero. Comenzamos con el primer cigarrillo.

> Señor Alcalde, ¿cuántos años desempeñando el cargo?
— Tomé posesión de la Alcaldía y Jefatura Local del Movimiento el día 31 de enero de 1966; por tanto, llevo cuatro años, cinco meses y veinticinco días.
> ¿Mucho trabajo? ¿Muchas preocupaciones a lo largo de estos casi cinco años?
— Preocupaciones, muchas; raro es el día que no hay que resolver sobre la marcha algún asunto. Tenga en cuenta que en los pueblos pequeños el Alcalde tiene que serlo todo; desde guardia municipal hasta mediador en problemas familiares, pasando por agente de colocación, etcétera, etcétera.
Trabajo, ya, menos; en los primeros tiempos, mucho. Había que aprender el oficio.
> En cuanto al trabajo, ¿no será que en los principios de su mandato hubo incomprensión, falta de colaboración e incluso enfrentamiento de la Corporación con usted?
— No, en absoluto, y me alegra que me formulen esta pregunta, pues si en este sentido salieron a la calle las diferencias de criterios que, lógicamente, tienen que haber entre varios hombres que enjuician un mismo problema, me interesa que quede bien claro que las relaciones de todos y cada uno de los Tenientes de Alcalde y Concejales de aquella Corporación, como los de la actual, conmigo fueron siempre respetuosas, correctas y cordiales.
>Aclarado. ¿Le asusta la crítica, señor Alcalde?
—No, no me asusta; la estimo necesaria. Lo que realmente me asusta es la difamación y su contrapunto, la adulación, actitudes indignas y que generalmente van unidas. Se difama por la espalda y se adula en la cara.
En este momento de la charla, la gentileza de la señora de la casa se traduce en un exquisito aromático café, que agradecemos, y mientras lo saboreamos seguimos la interesante charla, también, desde hace un rato el silencio se ha roto en nuestro alrededor, los "ángeles" de la casa han salido de la siesta y sus voces suaves y armónicas rompen el monótono son del tecleo de la máquina (uno canta, o mejor tararea, una canción de moda).
> Se dice, se asegura, se comenta, señor Alcalde, que nuestro pueblo está olvidado, que hay pocas realizaciones y muchas necesidades. ¿Qué opina de ello?
— Que los impersonales me complacen y me asustan al mismo tiempo. Me complacen en tanto denotan interés por los problemas municipales; ya es hora de que sean los pueblos los que tomen conciencia de sus propios problemas y los eleven, si bien no de forma impersonal, a las Alcaldías o a las Jefaturas Locales del Movimiento, donde de seguro serán atendidos, estudiados y, posteriormente, planificados para hacerlos realidad. Me asustan, los impersonales, porque en ellos mismos puede estar el comienzo de la difamación.
> ¿Entonces, está de acuerdo en que se ha hecho muy poco?
-- Si dijera que sí no sería honrado con mi propia conciencia, pues estimo que algo más de muy poco” se ha hecho. Sí digo que no, se me podría tachar de petulante o de conformista; por tanto, y como esto sería juzgar mi propia gestión, y no sería elegante por mi parte, dejo esta cuestión rara que el pueblo enjuicie.
> ¿Está de acuerdo entonces en que es un pueblo olvidado?
—No, no creo que nadie nos tenga olvidados; yo diría más bien que ha sido Guadalcanal la que durante años se ha olvidado de que para conseguir cosas hay que pedirlas en su debido tiempo y después de estudiarlas y planificarlas en forma. Cuando así se está haciendo, con la colaboración de todos, creo que se ven los resultados; evidencia de ello es que hace cuatro años sólo pocas calles del pueblo contaban con abastecimiento de agua, y hoy sólo queda una, el Coso Alto, que será abastecida en un futuro muy próximo. El abastecimiento de agua es, para mí, primordial, y su importe (más de dos millones de pesetas) no ha costado al pueblo ni un real. Lo mismo se puede decir de las calles pavimentadas en los últimos cuatro años (Oviedo, Herrería, Almona, Comandante Rodrigo y Correos), así como la terminación de la Plaza de España, bancos 1, alumbrado, alumbrado del Paseo del Palacio, la construcción de un vertedero de basuras, edificación de un Grupo Escolar con ocho magníficas aulas y dotado de todos los servicios, que entrará en funcionamiento, si Dios quiere, el próximo curso. Todo lo enumerado puede cifrarse en más de CINCO MILLONES DE PESETAS, que nos han sido dados íntegramente por Organismos Provinciales y Estatales. A esto hay que añadir más de dos millones que ya hemos empezado a invertir en la construcción del Conjunto Polideportivo del Coso, y treinta mil duros que tenemos concedidos por el Ministerio de la Gobernación para pavimentaciones, y que se tienen destinados, por acuerdo municipal, para adecentar el pavimento de la calle General Varela (Granillos), y trescientas mil pesetas que están a punto de empezar a invertirse en el cerramiento de la zona escolar, que es de vital importancia para la misma. También nos han concedido algo que si no es dinero en efectivo, contante y sonante, sí es la formación profesional de casi una treintena de hombres que están aprovechándose de la eficaz enseñanza del correspondiente Curso de Tractorista Manipulador, a cargo del Ministerio de Trabajo y por medio del P. P. O. ¿Es esto un pueblo olvidado?
> La parrafada del Alcalde ha sido grande y las razones contundentes, pero la pregunta inicial no ha terminado; por ello, insistimos en la tercera parte de la misma. ¿Muchas necesidades en Guadalcanal?
—Sí muchas, muchísimas necesidades, pero con la tranquila esperanza de que se irán paliando poco a poco. Sabiendo esperar —siendo esto difícil—, y con la colaboración de todos, con su crítica, con sus iniciativas, con sus aportaciones del tipo que sean, Guadalcanal podrá ser un pueblo diferente en pocos años, y los alcaldes futuros podrán conseguir lo que nosotros no conseguimos.
>Nos ha hablado usted del Polideportivo en construcción. ¿De qué constará y cuándo podremos disfrutar de sus servicios?
—De piscina olímpica, pista para tenis, baloncesto y otros deportes, de 40 por 20 metros, pórtico para gimnasia y parque infantil. El plazo de ejecución de obras es de diez meses; por tanto, estimo que para últimos del presente mes de abril estará concluido y en mayo o junio en condiciones de ser disfrutado.
> Se ha dicho en alguna ocasión que era inminente la construcción de un quiosco-bar en el Palacio. ¿Qué nos dice de ello?
—Es una más de las aspiraciones que tenemos en el Ayuntamiento y todos desearíamos verla hecha realidad lo más pronto que fuera posible, pero las disponibilidades económicas son escasas y no sabría decir en este momento cuándo se podría abordar su realización. De todas maneras está en cartera y no creo que tarde mucho.
> ¿Qué me puede decir, señor Alcalde, de la tan deseada modernización del alumbrado público?
--Fue para evitar al pueblo, a sus vecinos, que somos todos, un gran desembolso con la aplicación de contribuciones especiales en una obra costosa como es ésta, y que es la forma como estas obras se han abordado en la mayoría de los pueblos, solicitamos de la Comisión Provincial de Servicios Técnicos su realización, y solicitada está, en espera de que se resuelva favorablemente el asunto. Si así no fuera, y visto el interés que hay en el pueblo por esta instalación, la abordaríamos por zonas, aplicando contribuciones especiales por su totalidad o, al menos, en un gran tanto por ciento de su presupuesto.
El paquete de tabaco no ha resistida los muchos atentados a que ha sido sometido; yace en la papelera; el cenicero está lleno hasta la boca de puntas de cigarrillos y cenizas. Como ya queda poco por preguntar, colaboraremos con el sacrificio de no poder seguir fumando a la consecución de más realizaciones en nuestro querido pueblo.
>Por último. ¿Será realidad el Colegio Libre Adoptado?
—En el momento actual es difícil poder decir nada cierto sobre este asunto. Concedido está, y la concesión firmada por el Excmo. Señor ministro de Educación y Ciencia en el mes de mayo pasado, pero como todos sabemos, posteriormente las Cortes Españolas, en su Comisión correspondiente, han aprobado la nueva Ley de Enseñanza, a la que sólo falta para su aplicación el voto favorable del Pleno de las mismas; si esto ocurre pronto, como es de desear, por el alcance favorable que ello tendría para todos los españoles, nuestro ansiado Colegio creo que se quedaría sin ser realidad, pero la verdad es que tampoco nos haría falta, porque desaparecería la hoy llamada Segunda Enseñanza, es decir, el Bachillerato tal como hoy lo concebimos, para dar entrada a la Enseñanza Elemental Básica, que será el Bachillerato de todos y para todos los españoles. Resumiendo, que de este asunto nada cierto puedo adelantar, como sería mi deseo. Si lo conseguimos, loado sea Dios, si no, también sea loado.
La máquina de escribir queda en silencio; releemos lo escrito, ponemos entre líneas algunas palabras que se quedaron atrás, nos refrescamos con un zumo de limón natural y, tras la despedida, dejamos a nuestro Alcalde y su gentil señora rodeados de sus seis hijos, que piden unas pesetillas, que gastarán, sin lugar a dudas, en los puestos de la plaza o el Palacio, mercando las consabidas chucherías.
Juan Pueblo y otro
Revista Guadalcanal 1970

He reproducido este artículo con el permiso de la familia de D. Enrique y como un pequeño homenaje a un hombre que ejerciendo de alcalde en aquellos años, al margen de políticas y partidos, modernizó nuestro pueblo con la piscina, el polideportivo, adecentamiento de calles, alumbrado, colegio público, etc.

Rafael Candelario Repisa

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