By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



jueves, 24 de marzo de 2011

NO A LA GUERRA

AMISTADES PELIGROSAS

Sres. Socialistas, ¿Qué están Vds. haciendo con mi pacifista voto?, curioso, pasamos del “No a la OTAN”, al “de entrada no, pero si ”, del no a la guerra de Irak y retirar las tropas, a enviar tropas a la guerra de Afganistán en misión ¿humanitaria?, y ahora en autoproclamarnos protagonistas en otra guerra “humanitaria”, la de Libia, la de un tal Sr. Gadafi al que le reímos las gracias en su día y le dejamos montar una jaima en los jardines de la Moncloa.
Los corifeos más aguerridos del Gobierno niegan incluso que la intervención española en Libia lo sea en una guerra, plenamente conscientes de que el actual entusiasmo bélico del presidente Zapatero se compadece mal con aquella precipitada retirada de Irak que marcó su llegada a la Moncloa. Pasando de la foto de las Azores a la reciente foto de París. Por tanto, dado que si no hay guerra no habría contradicción presidencial, pues no hay guerra y se acabó.
Atacar con aviones de combate instalaciones militares de Gafadi no es “afirman estos indesmallables zapaterófilos y políticos abrazafarolas” una operación de guerra, sino el mero cumplimiento de la zona de exclusión aérea ordenada por la ONU (contra un país miembro), eufemismo con el que, se trata de dar nombre fingido a lo que no es más que una operación militar en toda regla para recuperar intereses económicos y mientras tanto el combustible sube y sube y aquí nadie  se moviliza.
Así las cosas, el Gobierno español del Sr. Zapatero ha obtenido el apoyo del Congreso para participar en operaciones militares que llevarán a España a alcanzar, sin duda, un nuevo récord de estupidez y mentira: tener soldados combatiendo en dos guerras que según ellos no existen: la de Afganistán y la de Libia.
Aunque el debate político español, trufado desde hace mucho de imposturas y falsedad, admite esto y mucho más, hay que reconocer, en todo caso, que las operaciones militares contra Libia podrían empezar a parecerse, si nadie lo remedia, a aquella guerra con la que el humorista Gila hizo durante décadas las delicias del público español, ¿está el enemigo, que se ponga?. Y ello porque los aliados contra Gadafi participan, según estamos viendo atónitos, en una guerra sin haber aclarado sus dos aspectos esenciales: quién tiene el mando y cuál es el objetivo que persiguen los ataques aéreos sobre el país norteafricano, si proteger a la población de una masacre, derribar al dictador que hasta hace poco le reíamos sus “gracias” u obtener un beneficio económico, que parece esto último ser el fin.
Cabe que esos que miran al dedo cuando otros señala hacia la Luna consideren que todo ello resulta poco relevante, pero parece obvio que ante la opinión pública internacional y, de manera muy especial, ante la de los países árabes, debería quedar claro que la operación militar contra Gadafi se realiza bajo el mando de la OTAN (aun cuando eso complique la operación de autobombo que prepara el emperador Sarkozy) y con el objetivo de evitar que el criminal libio pueda asesinar impunemente a civiles desarmados, pero igualmente habría que reflexionar que la OTAN está para defender a unos de sus miembros del ataque de un tercero (aquí no es el caso).
Y es que incluso quienes son partidarios de la intervención militar aliada en los términos en los que hasta ahora se ha desarrollado “no digamos ya quienes legítimamente estamos en contra” tenemos derecho a saber bajo qué bandera estamos peleando y cuál es la finalidad que con esa lucha perseguimos. Porque, no lo duden, de cuál sea esa finalidad “proteger a los civiles libios o ayudar a uno de los bandos en conflicto a ganar la guerra civil que ha estallado en su país” dependerán los costes de todo tipo que deberemos estar preparados a asumir en el futuro y esperemos que una vez asumido el coste económico para un país en “liquidación por derribo” como el nuestro, no tengamos que lamentar otro coste, el de vidas de nuestros compatriotas o algún atentado de “castigo”.

Rafael Spínola Rodríguez
La Fragua del pensamiento

1 comentario:

  1. Hola Sr. Spínola, muy valiente su comentario, manifiesta que vive Vd. en un país democrático y con las libertades que anhelamos en Sudamérica, en mí país su sinceridad es sinónimo de problemas con la justicia o tal vez carcelario, suscribo totalmente sus afirmaciones, la guerra encubierta es un crimen, a Vd. la verdad le hace libre.

    Con todo mis respetos

    Armando Acebedo Mijares
    Barranquilla (Colombia)

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